Es fundamental limpiar el
rostro por la mañana y por la noche para limpiar los poros. Cuando
logres eliminar los puntos negros, mantén esta rutina para que no te
aparezcan de nuevo.
¿Qué son los puntos negros?
Esos famosos y antiestéticos puntitos que te aparecen en determinadas áreas, como la nariz, el mentón, las mejillas o alrededor de los labios, son células muertas, “mezcladas” con sebo. Se ven oscuras por la oxidación que se produce al tomar contacto con la superficie.Los puntos negros no aparecen solo durante la adolescencia. Si tienes una piel que produce demasiado cebo y además no la limpias de manera adecuada, hay más posibilidades de que aparezcan. Eliminarlas requiere de tiempo y dedicación, pero, sobre todo, paciencia.
Es vital que mantengas una rutina de limpieza de tu rostro tanto durante el día, como por la noche. Si transpiras demasiado, no retiras el maquillaje antes de dormir o no te lavas el rostro con abundante agua, cuando llegas de la calle, es más probable que te aparezcan puntos negros.
De vez en cuando aplica mascarillas caseras, hechas con avena, yogur o azúcar: son exfoliantes por excelencia.
¿Cómo quitar los puntos negros?
Existen varios métodos para poder eliminar los puntos negros de tu rostro y verte excelente. Aquí te presentamos los trucos más eficaces y populares para combatir con este problema:- Compra un pegamento (uno de esos que se usan en la escuela, que no sea tóxico). Vaporiza tu rostro con el agua bien caliente o coloca una toalla mojada. Luego aplica el pegamento en las áreas donde están los puntos negros. Espera hasta que se seque completamente. Cuando esté duro, quítalo como si fuera una cinta. Si lo giras, podrás ver que allí están todas las raíces de los puntitos.
- La segunda alternativa es aprovechar el baño y quitarlos uno por uno. Calienta la piel del rostro con el agua de la ducha para que los poros se expandan. Si oprimes lentamente y con suavidad, saldrán solos, aunque deben ser poco profundos para ello. Una buena opción es usar una pinza de depilar para quitarlos, una vez que “asoman” por la piel. Así evitarás las marcas.
- Usa un exfoliante suave (puede ser una mascarilla casera o comprada) para eliminar todas las células muertas. Al limpiar la piel, sécala bien, dando golpes suaves con una toalla. Coloca una compresa húmeda por unos 10 minutos para suavizar los puntos negros. Seca bien. Arma bolitas de algodón y coloca una en cada punta de tus dedos: así no resbalarán por el rostro y no marcarán tu piel. Aplica una suave presión hasta que vayan saliendo.
- Este método requiere de un cepillo de dientes que ya no vas a utilizar y dentífrico. Aplica la pasta como si fuera para lavarte los dientes. Moja el cepillo y tu rostro con agua tibia. Cada día antes de ir a dormir por algunos minutos cepilla suavemente en la zona, donde están los puntos negros. Luego esteriliza el cepillo con agua hirviendo, aunque ya lo destines solo a este fin. Lava bien el rostro y aplica una crema hidratante.
- Prepara un loción con zumo de lima, aceite de almendras y glicerina en partes iguales. Aplícalo en el rostro todos los días por la noche y déjale actuar al menos 15 minutos. Luego lava la cara con agua tibia. Así eiminarás los puntos negros y también reducirás las manchas en el rostro.
- Bate una clara de huevo y aplícala en todo el rostro, pero, principalmente, en las zonas, donde se forman los puntos negros. Coloca dos hojas de papel higiénico o servilleta de papel y espera una hora antes de que se seque bien, es decir, cuando el papel esté duro. Quítalo suavemente. Enjuaga todo el rostro con agua tibia. Seca sin frotar.
- Enjuaga tu rostro con agua tibia o caliente para que los poros se abran. Luego coloca en la esquina de la toalla un poco de aceite de oliva o de almendras. Añade pasta de dientes encima. Aplica de manera suave, pero firme, sobre la nariz o en la zona donde tienes puntos negros. Masajea en círculos. Si lo ves necesario, puedes repetir la mezcla. Espera 5 minutos y enjuaga con agua tibia.
- Calienta una toalla con la estufa o con agua hirviendo. Sin que te queme, colócala en tu rostro por diez minutos, hasta que se enfríe. Lava el rostro con agua caliente con un jabón neutro. Enjuaga con agua fría para que se cierren los poros y aplica un humectante que no contenga aceites. Luego aplica alcohol y masajea por cinco minutos. Enjuaga.
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